Marlene tiene tres motores que la motivan día a día a superar el susto y las pérdidas materiales y a de a poco retomar la cotidianidad. Nicole de 18, Josué de 13 y Madeleine de 12 años. Por ellos, asegura, se levanta diariamente y casi de la nada ha logrado reactivar sus actividades productivas.
Elabora artesanías en cerámica, y es que la segunda semana de junio debe llevar sus piezas hasta Guayaquil, a una feria artesanal. También se dedica a la costura, vocación que ahora pone a disposición de las demás familias albergadas, pues es ella quien retoca las prendas que desde todos los rincones del país llegan a través de donaciones a este albergue.
Como ella, varios hombres y mujeres, con apoyo del Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, han levantado sus pequeños negocios. Chiflerías, preparación y expendió de comida y dulces tradicionales abren sus puertas gracias al trabajo solidario de varios funcionarios de esta Cartera de Estado, quienes levantaron kioscos en el espacio designado por el Municipio de Calceta y que actualmente funciona como mercado del cantón.
“No son kioscos, es el amor de los ecuatorianos hacia el pueblo manabita, aquí estamos y estamos unidos, la solidaridad llega incluso desde las personas privadas de libertad que también sienten el dolor de su tierra y han aportado a la reactivación de Calceta”, acotó Zúñiga.
Por su parte, Bércida Loor, habitante del albergue de Calceta y beneficiaria que se dedica a la preparación y venta de comida agradeció el apoyo de autoridades nacionales y locales y de las y los ecuatorianos. “Gracias por estar aquí junto a nosotros apoyándonos”, afirmó.





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