A su ingreso al Centro de
Rehabilitación Social Cotopaxi, buscó la manera de que el tiempo de cumplimiento
de su sentencia pase rápido, dedicándose a la mayor parte de actividades que se
promueven dentro del Centro. De esta manera,
“María” se involucró en el taller de costura, aprendiendo desde lo más básico,
como pegar un botón, hasta confeccionar un vestido de alta costura.
Luego de un proceso de
capacitación profesional impulsado por
el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, en coordinación con el
Ministerio de Cultura y Patrimonio, en el que participaron profesionales del Instituto
Tecnológico Superior de Diseño, Dismod; María, junto con nueve de sus
compañeras de taller que recibieron capacitación profesional en costura, ahora forman
parte del proyecto Once Once.
Aunque por varios años las personas que cumplen su etapa de internamiento en los centros penitenciarios del
país, han participado de distintos talleres como parte de su proceso de rehabilitación
social; esta vez, confeccionar prendas de vestir es más que una actividad para “pasar
el tiempo”. María y sus compañeras son las encargadas de la elaboración de la
primera colección de camisetas de la marca Once Once.
Por tres semanas, el grupo de
modistas del Centro de Rehabilitación Social (CRS) dedicó su tiempo para producir las prendas que fueron
diseñadas junto con los docentes de Dismod. La creación de los bocetos para el
estampado, en cambio, fueron el resultado de una elección de dibujos que
realizaron los internos, cada uno con una historia.
El resultado de su trabajo, se
presentó en la Pasarela “Diseño y Libertad”, el 30 de noviembre en Quito, en la
Casa de la Cultura Ecuatoriana; y en Guayaquil, el 13 de diciembre, en el Museo
Antropológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil. Modelos profesionales, artistas y mujeres
privadas de libertad, desfilaron la primera colección textil de la marca Once Once, en estos eventos a través de los
cuales se realizó la presentación oficial de la marca penitenciaria del
Ecuador.
‘Once
Once’ es una jerga penitenciaria que significa “estar
atentos”, “ponerse pilas”, “ponerse once”, de ahí, el nombre de la marca
con la
que se comercializan los productos elaborados por las personas privadas
de
libertad (PPL). Cada artículo que se distribuya
bajo ésta, responderá al lema de calidad, diseño e innovación
garantizado por el Comité de aprobación, selección y evaluación
conformado por funcionarios de lo ministerios de Justicia y Cultura.
El proyecto involucra a las personas en etapa de
prelibertad, para promover su reinserción en el área laboral. Para ello, se
conformó la asociación de personas preliberadas Mushuc Khallarina, en quichua que traducido al español significa Nuevo
Comenzar, cuyo objetivo es abrir el mercado para la marca. Este trabajo cuenta con el aval de los
Ministerios de Justicia y Cultura, quienes realizan el acompañamiento en el
proceso de mercadeo.
Para lograr el financiamiento, la
cooperativa Mushuc Khallarina presentó el proyecto a los Fondos Concursales, no
reempbolsables 2016, del Ministerio de
Cultura y Patrimonio, resultando ganador de 40 mil dólares para emprender con
el proyecto de producción textil en el que participan, tanto los 12 miembros de
la cooperativa, como 25 PPL encargadas de la producción de las prendas y agendas,
que son parte de los primeros artículos presentados
bajo la marca.
Al igual que María, Javier J. es parte de este proyecto, en el
área de Serigrafía, la técnica de impresión que se usó para estampar los logos
en esta colección de prendas de vestir. Javier tiene conocimientos en esta
área, razón por la que colabora dinámicamente con las demás PPL que realizan
los estampados.
“Nos alegra saber que hemos podido crear
nuestra propia marca con el esfuerzo de las personas que estamos detenidas,
esto es un ejemplo de que todo lo que nos proponemos lo realizamos siempre con
miras a esa aceptación de la sociedad”, aseveró Erick R., interno que es parte
del proyecto desde el taller de Serigrafía.
Once Once es el resultado del compromiso
del Gobierno Nacional, de promover la verdadera rehabilitación social y lograr
la efectiva e integral reinserción de las personas privadas de libertad. A
través del trabajo coordinado entre las
Carteras de Justicia y Cultura que promueven las capacidades de las personas
privadas de libertad, y la colaboración de instituciones de educación superior,
así como de la responsabilidad de la empresa privada que colabora en la
comercialización de estos productos.
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