viernes, 4 de diciembre de 2015

La diversidad de género deja de ser un tabú dentro del CRS de Cotopaxi

¿Es posible combatir los prejuicios y aceptar la diversidad de género?, aunque el tiempo transcurra, aún se trabaja para erradicar la discriminación hacia las personas de la diversidad sexual. Seres humanos que han tenido que ocultar sus sentimientos y gustos para evitar ser desplazados por sus amistades e incluso su propia familia.


Indistintamente del lugar, la población GLBTI (gays, lesbianas, bisexuales, travestis, transexuales e intersexuales), han tenido que vivir el rechazo e incluso la burla de la sociedad que se resiste a creer en la existencia de estas orientaciones sexuales.

La cárcel, tiempo atrás, se convirtió en un lugar temido, pues las historias que se contaban eran un claro ejemplo de la amenaza constante que vivía la población GLBTI.

Los derechos que tienen como seres humanos eran irrespetados, ya que una vez detenidos su trajinar se convertía en el “camino de espinas”, como lo llamaban. Las burlas, la marginación, el impedimento al acceso de sus servicios y el abuso sexual se convirtió en una rutina que los llevaba a tomar decisiones lamentables como el suicidio.

“No necesariamente en las cárceles de Ecuador se daban estos casos, pero en otros países era y aún sigue siendo un problema, porque así nos identifiquemos como gays, también tenemos nuestros gustos para elegir a nuestra pareja sentimental y sexual”, manifiesta ‘Kassandra’.


Las campañas y talleres que se han dictado a todas las personas privadas de libertad (PPL), han servido para crear conciencia sobre la importancia del respeto hacia los demás seres humanos, sin desmerecer su etnia, edad e incluso su identidad sexual.

La diversidad sexual dejó de ser un tabú en el Centro de Rehabilitación Social (CRS) Regional de Cotopaxi. Las personas que se han identificado como parte de la población GLBTI, con ayuda de las autoridades del Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, han recuperado el respeto hacia ellos y a su orientación sexual.

“No importa si nacemos o nos hacemos con el tiempo, lo que importa es que recuperemos nuestro espacio en la sociedad y que ya no seamos discriminados, porque eso nos hace sentir mal”, explica “Odalis”, persona privada de libertad del CRS de Cotopaxi.

La Dirección de Indicadores de Justicia, Derechos Humanos y Estadísticas reporta que la población total de GLBTI que se encuentra en el CRS de Cotopaxi es de 68 personas, de las cuales 43 son lesbianas, 12 son gays, cinco se identifican como bisexuales, cuatro como travestis y los cuatro restantes como transexuales.

En los últimos años, esta población de atención prioritaria ha estado inmersa en distintas actividades, muchas de ellas organizadas por los funcionarios de esta Cartera de Estado, mientras que otras han nacido de su intuición para trabajar a favor de sí mismos.

Una de las actividades que realizaron fue una campaña por el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, en la que explicaron a todos sus compañeros la diversidad de géneros que existen y cuáles son sus diferencias.

Además, explicaron las formas de contagio del VIH SIDA y la importancia de mantener una sola pareja sexual. “Nos da gusto ver cómo nuestros compañeros nos han dado esta oportunidad de expresarnos tal como somos, además nos han hecho partícipes de varios eventos que nos han animado”, cuenta ‘Shizuca’.

En todas las etapas de este Centro de Rehabilitación Social se ha trabajado directamente con las personas privadas de libertad de la diversidad sexual. “El primer paso que se da es el de autoconocimiento, en el que se determina si las personas están conscientes de su realidad y su orientación sexual, una vez concluido el análisis, se trabaja en la expresión de emociones para mejorar su vínculo entre la comunidad GLBTI y los demás internos. Además se convoca a los familiares para solucionar los problemas de aceptación”, explica Paúl Aguilar, psicólogo del CRS de Cotopaxi.

La Constitución del 2008 es la primera Carta Magna del Ecuador que reconoce los derechos, deberes y oportunidades de los homosexuales, en sus artículos 11 (numeral 2), 68 y, fundamentalmente, en el 83 (numeral 14) se establece como deber y responsabilidad de las ecuatorianas y los ecuatorianos, respetar y reconocer las diferencias de género y la orientación e identidad sexual. Nadie podrá ser discriminado por razones de etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo, identidad de género, de cultura, estado civil, orientación sexual, etc., que menoscaben o anulen el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos.

Edwin Castelo, director del CRS de Cotopaxi, manifestó que “todos los días se trabaja en campañas de concientización sobre la diversidad de género y el respeto a absolutamente todos sus derechos, como es el acceso a la salud, educación y actividades laborales que tenemos dentro de este Centro, a las cuales pueden acceder sin ningún problema, esto como parte de su rehabilitación social”.

Vestir de color anaranjado no solo ha significado estar en un centro penitenciario, sino que para la población GLBTI ha sido una de las opciones que les ha permitido estar en igualdad de condiciones y derechos.

Datos:

En el artículo 176 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), se establece que la persona que salvo los casos previstos como políticas de acción afirmativa propague practique o incite a toda distinción, restricción, exclusión o preferencia en razón de nacionalidad, etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo, identidad de género u orientación sexual, identidad cultural, estado civil, idioma, religión, ideología, condición socioeconómica, condición migratoria, discapacidad o estado de salud con el objetivo de anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio de derechos en condiciones de igualdad, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años.

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