A diario, en el Centro de Rehabilitación Social (CRS) Sierra Centro Sur Turi, se evidencia la participación de varias mujeres que se desempeñan en distintas actividades; funcionarias y agentes de Seguridad Penitenciaria, son un aporte importante en la tarea por transformar el sistema penitenciario, que lleva adelante el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos.
En el CRS Turi, se destaca la figura de varios personajes, quienes comprometidos en el desempeño de sus labores como funcionarios públicos, colaboran desde diferentes escenarios en el proceso de rehabilitación social de las personas privadas de libertad (PPL). El Estado ecuatoriano implementa nuevas políticas públicas, que reconocen y dignifican el desempeño de la mujer en diferentes ámbitos.
En el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, zona 6, el trabajo de los agentes de Seguridad Penitenciaria (ASP) se ha convertido en un pilar fundamental en la custodia de las PPL y en los procesos orientados a su efectiva rehabilitación y posterior reinserción social. De los 65 ASP que laboran en el CRS Turi, 20 son mujeres, quienes llevadas por su compromiso y amor a su profesión, sin perder su esencia femenina han cambiado los tacones y el maquillaje, por las botas y el uniforme que portan orgullosas día a día en el desempeño de su trabajo.
“Me siento orgullosa y comprometida con este trabajo; la inclusión de las mujeres en este oficio rompe con todo pensamiento de exclusión. Todos los días entrego lo mejor de mí sin importar las circunstancias y siempre aspiro más, por eso en la actualidad me capacito para obtener mi título de tercer nivel”, manifestó la ASP Johana Quezada, quien desde diciembre del 2015 cursa la tecnicatura en Seguridad Penitenciaria.
Priscila Tamayo, coordinadora del pabellón de la etapa de máxima seguridad, es otra de las figuras que resaltan. Su amabilidad, don de gente y carácter imponente se han convertido en una mezcla de factores con los que ha logrado ganarse el cariño y respeto de la gente que la rodea, incluso el de los internos con quienes labora a diario La técnica que le ha dado resultados, a decir de Priscila, es la de una madre en su hogar. “Con una mano la hiel y con otra la miel, es una técnica que aprendí de mi madre y me ha dado buenos resultados”, señaló Tamayo.
Karla Calle, ingeniera electrónica de profesión, labora para el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, zona 6, en el área de Tecnología de la Información y Comunicación (TICS). “Un trabajo muy poco usual para mujeres” indica la funcionaria, quien al hacer un breve recorrido por su vida universitaria, recuerda sonriente a sus 35 compañeros hombres.
“Desde pequeña jugaba a ser electricista, esta, es ahora mi pasión, claro que un trabajo muy poco usual para mujeres, siempre me lo han hecho notar, incluso en la universidad y fuera de ella, he tenido que sobrellevar el estereotipo de que mi profesión es solo para hombres, pero, yo soy una muestra de las tantas mujeres que podemos hacerlo todo y hacerlo bien, independientemente de ser hombres o mujeres, creo que la clave, es amar lo que haces”.
En el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, hombres y mujeres han sido incluidos sin distinción de género, etnia o condición social, realizando un trabajo comprometido del que depende la efectiva rehabilitación y reinserción social de las personas privadas de libertad.
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